Capital del vino
El vino de Santa Cruz de Flores, gracias a su alto
contenido en ponifenoles, el vino tinto elimina los radicales libres y protege
el corazón.
Muchos médicos aconsejan a sus pacientes beber vino
tinto cada día,
porque hace bien a la salud. Muchas personas siguen ese consejo al pie de la
letra pero no siempre saben las verdaderas razones por las que el profesional
les recomienda esa acción, simplemente la cumplen por quién lo dice.
Conoce cuáles las ventajas de beber vino cada
día.
Una
copa diaria, la receta especial
El vino es saludable cuando se bebe en las
cantidades apropiadas (que, según los expertos, es de una copa por día). Pero
atención, porque se trata de beber cualquier vino: la variedad debe ser tinto.
Todo esto se concluyó luego de varios estudios en los que se
concluía que una copa de vino tinto al día, ayudaría a prevenir muchas enfermedades
cardiovasculares, tanto en los hombres como en las mujeres.
Beber vino ayudaría a tratar dolencias y trastornos tales como la
diabetes, la demencia o la osteoporosis.
Si bien el vino es una de las bebidas con alcohol más antiguas del
mundo, no hace tanto tiempo que se han descubierto estas ventajas.
Antes se bebía únicamente para divertirse, relajarse, acompañar
banquetes o disfrutar de un brebaje diferente.
Buenas razones para beber vino de Santa
Cruz de Flores
1. Previene el envejecimiento celular
El vino contiene sustancias
notablemente beneficiosas para la salud de todo el organismo. Flavonoles,
resveratrol, polifenoles, antocianinas, ácidos fenólicos... todas ellas son
sustancias que actúan contra los radicales libres, la primera causa del
envejecimiento de las células del cuerpo humano.
2.
Evita la diabetes
El vino tinto, fuente de antioxidantes,
parece ser capaz de reducir los niveles de insulina en la sangre, ayudando de
esta manera a los pacientes diabéticos. Su eficacia real está todavía en fase
de experimentación pero los estudios publicados hasta el momento demuestran que
el resveratrol ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.
3.
Previene el cáncer
El vino tinto contiene sustancias que
actúan en las células de una manera particular: al beber un poco estos procesos
de supervivencia se aceleran mientras que, por el contrario, si la cantidad de
vino en el organismo aumenta las células se autodestruirán. Este mecanismo
previene el cáncer porque "enseña", literalmente, a las células a
morir en caso de peligro.
4.
Reduce el colesterol malo
¿Conoces la denominación" paradoja
francesa"? Es el nombre que se le da a un hecho nutricional que se da en
Francia y que no encaja con una parte de la teoría nutricional establecida:
aunque los franceses consumen muchas grasas de origen animal no sufren
especialmente de colesterol. ¿Cómo se puede explicar este fenómeno? Gracias al
consumo de vino tinto que, siendo rico en antioxidantes y resveratrol, actúa
como vasoprotector, impidiendo que las moléculas lipídicas se depositen en las
venas y las obstruyan y reduciendo así los valores de colesterol en sangre.
5. Te
hará más inteligente
Un estudio llevado a cabo por
psicólogos demostró que gracias a un consumo moderado de vino la respuesta
cerebral a los estímulos aumenta, tanto en términos de calidad como de
velocidad. Los tiempos de reacción disminuyen en un 25% y la creatividad
aumenta en un 50%.
Además, la relación vino-inteligencia
es de doble sentido: algunas investigaciones han demostrado que las personas
con un coeficiente intelectual más alto consumen más alcohol que las que tienen
una puntuación inferior. Sin embargo, empezar a beber vino no te volverá más
inteligente de lo que eres. Además, el abuso de esta bebida destruye las
células cerebrales de manera irreversible.
6.
Favorece la digestión
Los azúcares, el efecto estimulante del
alcohol y el buen sabor del vino ayudan al aparato gastrointestinal a funcionar
al máximo de las prestaciones. Por eso, el consumo moderado de vino facilita la
digestión y previene algunos trastornos como el síndrome del colon irritable.
7. No engorda y ayuda a quemar grasa
La madera posee un alto valor calórico
pero si ingerimos madera nuestro cuerpo la desecha porque no es un alimento,
por tanto no se acumulan sus calorías. Algo parecido ocurre con el alcohol.
Para el organismo solo representa
consumo energético aquello que es capaz de asimilar, procesar y transformar, es
decir: carbohidratos, proteínas y grasas. El vino no contiene ni grasas, ni
proteínas. Su contenido en carbohidratos se limita al azúcar y es muy reducido,
menos de 2 calorías por copa.
Pero, no solo eso. El alcohol que
contiene el vino ejerce un efecto calmante en el estómago y permite atenuar la
sensación de hambre durante una dieta hipocalórica, favorece la digestión y
genera un efecto termogénico al acelerar el organismo. Todo ello consumido
siempre de manera moderada.
En resumen, una copa de vino contiene
muy pocas calorías reales o asimilables, y además acelera el organismo
favoreciendo la quema de grasa. Ojo, el aporte calórico en vinos dulces,
es mucho mayor.
8.
Protege el corazón evitando infartos e ictus
Al ser rico en antioxidantes y
polifenoles, el vino, sobre todo el tinto, protege la salud del corazón, uno de
los órganos más importantes de nuestro cuerpo. El vino es un excelente
vasoprotector y sus beneficios, numerosos: las posibilidades de sufrir un
ictus, un infarto o enfermedades cardiacas se reducen con un par de vasos de
vino al día, si los consumes preferiblemente durante las comidas principales.
9.
Previene los cálculos renales
El vino evita la formación de cálculos
renales pero solamente si se consume en pequeñas cantidades. Gracias a su poder
antioxidante y alcalinizante, "purifica" la orina y previene los
molestos y dolorosos cálculos.
10.
Previene la enfermedad de Alzheimer
El resveratrol, presente en el vino
tinto, protege las células cerebrales previniendo así la aparición de la
enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, no hay que abusar de esta bebida: el
exceso de alcohol destruye la sinapsis y limita el paso de los impulsos eléctricos
en el cerebro. Dos vasos de vino al día protegen la materia gris; más, podrían
causar un daño irreversible.
11.
Combate la hipertensión
El vino es un anticoagulante muy eficaz
que ayuda en todos los casos de hipertensión, relajando arterias y venas. El
resultado de esta sinergia reduce el riesgo de trombosis, ictus e infartos.
12.
Previene la arteriosclerosis
Gracias al resveratrol, un potente
antioxidante, el vino previne la arteriosclerosis protegiendo los vasos
sanguíneos. El consumo, moderado, de vino hace que las arterias recuperen su
forma y su función, cuando ya no somos tan jóvenes.
13.
Aumenta la esperanza de vida
Resulta paradójico, pero beber vino
aumenta la esperanza de vida. Obviamente, hablamos de un consumo moderado que
no supere los dos vasos de vino al día: con esta cantidad, las numerosas
sustancias que contiene este néctar de los dioses, pueden mejorar la salud
general del organismo y prolongan la vida de los que tienen un consumo
medio-bajo. Por el contrario, abusar del vino, y del alcohol en general, reduce
las expectativas de vida (debido a la cirrosis, accidentes de tráfico,
infartos...).
14. Es
mejor que el ibuprofeno
En efecto, el vino posee potentes
acciones antiinflamatorias y antimicrobianas.
Por un lado el vino es antiinflamatorio debido a que el resveratrol entra en juego de nuevo: esta sustancia, además de tener un gran poder antioxidante, actúa como un antiinflamatorio natural. De hecho, inhibe la aparición de dos moléculas (esfingosina y fosfolipasa D) responsables de peligrosas infecciones que provocan un importante estado inflamatorio en el organismo.
Por un lado el vino es antiinflamatorio debido a que el resveratrol entra en juego de nuevo: esta sustancia, además de tener un gran poder antioxidante, actúa como un antiinflamatorio natural. De hecho, inhibe la aparición de dos moléculas (esfingosina y fosfolipasa D) responsables de peligrosas infecciones que provocan un importante estado inflamatorio en el organismo.
Por otro lado el vino se muestra según
los últimos estudios como un eficaz antibacteriano. Se debe a la presencia de
polifenoles y resveratrol, que se están siendo estudiados para comprender por
qué tienen esta capacidad antibacteriana. De hecho, parece que el vino es útil
en la eliminación de bacterias como la salmonella y la shingella, responsable
de diarreas y fiebre.
15. Es
el mejor antidepresivo
Un vaso de vino durante una cena, con
amigos o en una fiesta crea una atmósfera propicia. Nos sentimos más relajados
y la timidez deja paso a una mayor seguridad. Por enésima vez, recordamos que
se recomienda no superar la "dosis aconsejada" de vino: no serás más
simpático después de cuatro copas. Es más, los demás invitados no disfrutarán
con tus escenitas, consecuencia de la euforia alcohólica.


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